Por: Oscar Sampedro “El Papi Chulo”.
Siempre me ha gustado la velocidad y la adrenalina, pero acá donde vivo, en mi natal Nochixtlán la máxima adrenalina que he experimentado es a bordo de mi bicla, osea mi bicicleta a toda velocidad cuando los perros me correteaban, por eso cada vez que me subo a mi súper bici, imagino que viajo en una poderosa máquina de motor de 1450 cilindradas de Harley Davidson; por cierto, e
sta es una de las marcas más emblemáticas en cuanto a motos se refiere. Rock, Harley Davidson y chamarras de piel, llegaron a fusionarse para crear todo un estilo de vida para muchos hombres y mujeres que hoy en día se les denomina como Bikers o club de moteros.
Y pensar que todo esto comenzó un buen día cuando un chicuelo como yo, así de inquieto y buena onda, le planteo a sus camaradas asociarse, juntos comenzaron a trabajar diseños en el patio trasero de su casa, estos diseños no eran cualquier diseño, eran diseños de motos. Así Willian S. Harley y los carnalitos Arthur y Walter Davidson comenzaron a trabajar en 1903; en ese patio montaron un pequeño taller y para el año de 1904 ya tenían su primer modelo de moto.
En el año de 1907 ya tenían su buen changarro, pero 7 años más tarde ya habían fabricado más de 16 mil motocicletas, el caso es que para la década de los años 20´s ya eran una fábrica reconocida a nivel mundial y sus motores ya estaban presentes en 67 países. No cabe duda que estos cuates sí que supieron hacerla buena y conquistaron la cima del éxito a toda velocidad con sus poderosas máquinas, las emblemáticas motos Harley-Davidson.
