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PERSPECTIVAS DE LA INFIDELIDAD

Escrito por el 29 de octubre de 2018

Infidelidad 

Se refiere, popularmente, a las relaciones afectuosas del tipo romántico, a corto o largo plazo, establecidas con personas distintas del vínculo oficial que a menudo se mantienen en secreto por considerarse como una amenaza a la institución familiar.

Las causas de la infidelidad humana son múltiples, están relacionadas con la personalidad y la historia erótica individual; podrían ser insatisfacción (sexual, económica, intelectual, social, etc.), aburrimiento, curiosidad, búsqueda de novedad, narcisismo, venganza, desenamoramiento, soledad, la habilidad de conquista del tercero involucrado, necesidad de amor, comunicación deficiente, crisis, abandono emocional, etcétera.

Vale resaltar que la tipificación de la conducta infiel, así como sus sanciones, varían conforme a los consensos individuales y sociales. Esto permite clasificar como infidelidad tanto a las relaciones basadas únicamente en atracción y relaciones sexuales.

Psicología y sociología

Frecuentemente se refiere a la infidelidad como una de las principales situaciones que conflictúan las relaciones amorosas monógamas. Su descubrimiento generalmente trae emociones desagradables como tristeza, baja autoestima e ira para el miembro «engañado», quien en muchos casos suele retirar toda la confianza depositada en la pareja. Aunque es considerada una de las principales causas de divorcio, no necesariamente significa el final de la relación. Entre las principales causas que evitan el rompimiento, además de los fuertes vínculos afectivos, se encuentran el temor a la soledad, evitar un daño al otro, no conflictuar a los hijos y no modificar la calidad de vida.

A menudo uno de los síntomas asociados a la infidelidad son los celos, ​ si existe la presencia de una infidelidad real, éstos son parte de los síntomas asociados y tienen una cualidad «objetiva»; si por el contrario, no existe una infidelidad, consisten en una celopatía. Sobre esto, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la APA señala que aunque pueden existir evidencias para sospechar que la pareja es infiel, también dichas conjeturas pueden ser de carácter imaginario, provocando en los sujetos celos infundados e incluso delirantes. Estos celos aparecen sin motivo y conllevan a acusaciones y conductas encaminadas a coartar la libertad de la pareja, ​ búsqueda afanosa de indicios que comprueben la sospecha, preguntas asediantes, interpretaciones erróneas y recuerdos falsos.

Biología

Desde la perspectiva biológica, un estudio en ratones reveló una estrecha relación entre la exclusividad de las parejas y la regulación, determinada genéticamente, de oxitocina y vasopresina. La disminución de dichas sustancias podrían traer como consecuencia el fenómeno descrito como infidelidad. Asimismo, es probable que las sustancias encontradas en los ratones también jueguen un papel importante en la fidelidad/infidelidad humana. Igualmente, algunos biólogos suponen que la tendencia a la infidelidad tendría un origen adaptativo: en las hembras vendría a asegurar mayor protección y recursos para los hijos cuando se cuenta con varios amantes; mientras que para los machos, aseguraría una mayor contribución genética para la próxima generación.

Psicoanálisis

Desde el psicoanálisis y la terapia psicodinámica, el psiquiatra Mario Campuzano propone que la infidelidad proviene de una fijación en la etapa sádico-anal, dando la variante dominante/dominado, sádico/masoquista y celos/ infidelidad, además consiste en un reflejo del triángulo edípico. Se puede manifestar de dos formas: una «benigna» y otra «maligna». En la primera, el tercero involucrado funge como un objeto transicional, es decir, pasajero y en función de las propias necesidades conscientes o inconscientes de la pareja formal. En la otra forma, el tercero funciona como un facilitador de agresión, menosprecio, rechazo o venganza. Asimismo, buscar relaciones mediante la infidelidad podría ser un esfuerzo compensatorio consciente ante la insatisfacción sexual con la pareja o bien tener razones meramente inconscientes. De este modo, la infidelidad sería a veces «la alternativa tomada para evitar o disminuir la relación afectiva profunda con otro ser humano»; una búsqueda de libertad, aunque ilusoria, ante una relación conyugal que genera una ansiedad «atrapante» que al mismo tiempo se desea y se teme. Así, las relaciones extramaritales serían como un «calmante momentáneo» para dicho malestar. Ahora bien, otro tipo de personas infieles serían aquellos que buscan relaciones extramaritales no por el temor a la cercanía con la pareja sino como una reacción al temor que tienen ante la responsabilidad.

Marxismo

Para el marxismo tanto la fidelidad como la infidelidad son vistas como el resultado de las condiciones sociales e históricas que legitiman o prohíben las relaciones monogámicas o poligámicas. Friedrich Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado sostuvo que en las sociedades patriarcales, donde la mujer pasa a ser propiedad privada del hombre, la infidelidad femenina es vista con desprecio e incluso castigada, mientras que la infidelidad masculina puede ser incluso un derecho. Esto debido a que la fidelidad femenina asegura la paternidad y por tanto la herencia de bienes a la progenie ligada a un único varón. Sin embargo, Engels señaló que las relaciones basadas en los derechos de propiedad y la monogamia obligatoria sólo pueden conducir a la proliferación de la inmoralidad y la prostitución.

Microeconomía

Partiendo de un análisis microeconómico, el sujeto infiel, que mantiene una relación ilegal o informal, en contraposición a una legal, oficial o principal, oscila de una relación a otra dependiendo de la satisfacción sexual y emocional obtenida en cada una. Es decir, a medida que el beneficio disminuye y el costo aumenta en la pareja legal, se recurre a la ilegal, y cuando la calidad de ésta decrece se vuelve a la principal. Persiguiendo así el máximo de beneficios.

Infidelidad e ITS

Es frecuente que algunas personas, apoyadas en parte desde la visión de la medicina preventiva, consideren a la infidelidad sexual en combinación con la promiscuidad como factores contribuyentes a la transmisión de enfermedades infecciosas, como gonorrea, sífilis, VPH, VIH/sida, etc. Esto bajo la suposición de que un individuo con mayor estabilidad sexual tendría menos probabilidad de contraer dichas enfermedades que uno con menor estabilidad. ​ Sin embargo, no se debe obviar dicha relación, pues no necesariamente la infidelidad sexual conlleva a contraer ITS, ni mucho menos significa que quienes tengan estas enfermedades forzosamente fueron infieles o promiscuos. ​ Además que las principales causas de las ITS son el sexo sin protección y la falta de educación sexual.

 

En fin la infidelidad  aún es un tema el cuál algunas personas lo ven cómo algo normal y otras como un tema de inmoralidad, lo que es realmente cierto es que todos estamos expuestos a pasar por esta situación, pero dependerá de la estabilidad emocional individual como en pareja querer sanar y recuperar la relación o definitivamente terminarla, cuál sea el caso tenemos que ser conscientes que desde el  momento en que decidimos tener una relación de pareja asumimos un compromiso de respeto y responsabilidad de nuestros actos ya que no solo está en juego el corazón si no también la salud en general.


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