TATTO: CREANDO IDENTIDAD

Escrito por el 19 julio, 2023

Desde los gestos hasta el color de la ropa que elegimos, todo lo que nos rodea son un sinfín de símbolos que comunican y esta constante es inevitable, así como nosotros creamos significados, también nuestro entorno nos da información relevante de lo que nos acontece. En este sentido el tatuaje viene a ser un relevante componente en la identidad y su forma de expresión en el humano.

Partamos de la idea de símbolo como un objeto evolutivo y trascendente que otorga identidad, dando sentido y dinamizando la realidad que construimos y nos sucede. (Fernández, 2017) Es tan humano como crucial el hecho de saberse conocedor de uno mismo para alcanzar diferentes objetivos:

«Cada sujeto puede considerar particularmente sus logros a partir del significado individual de sus tatuajes, o de la profundidad de su inmersión en el mundo del tatuaje. Así, puede ser un logro el sentirse claramente diferente, el haberse tatuado, la calidad de los tatuajes desde el punto de vista técnico y estético, o el haber materializado en un tatuaje una experiencia, idea o sentimiento personal.» (Sastre, 2011)

Hablar de uno mismo a través de marcas físicas es reconocerse, aceptarse y confirmarse como individuo. Actualmente la importante apertura de sentirse responsable de quien o que podemos ser, marca la pauta para esta búsqueda constante. Es así como el tatuaje viene a ser una significativa decisión de lo que uno determina ser, dentro de un mar de diferencias.

Identificarse es situarse en un campo social, eje crucial en nuestro discurso como parte de algo, dentro de un todo. (Taylor, 1996) es así como el tatuaje cobra relevancia no solo como un acto de rebeldía como en algún tiempo se visualizó, sino también como un importante dador de vitalidad a esa imagen que uno decide proyectar ante un entorno en constante cambio.

El asumirse como responsables de lo que nos acontece física, mental y socialmente, desencadena el poder de accionar. En diferentes casos el no saberse propio de nuestro ser nos pude llevar a inmovilizarnos. A conformarnos con un cuerpo que no se quiere, a escoger un empleo que no apasiona, a vivir situaciones que no nos permiten crecer y hacernos dueños de nuestra vida.

Así que, esta también es una invitación a que si bien tal vez no es una opción el tatuaje, buscar alternativas que permitan expresar, conocer y saber más de uno mismo, nos solo como un acto compasivo sino también como un acto consiente de que los limites al igual que las capacidades solo uno mismo es apto de reconocerlos y construir con ellos lo que se desea vivir.

 

 

Fernández, M. I. T. (2017). Entre signo y símbolo: una diferencia que afecta la axiología del patrimonio cultural inmueble. Revista Gremium4(8), 81-96.

Foto: Tricerri, I. (2021) PEXELS. Disponible en :https://www.pexels.com/search/tattoo/

Sastre Cifuentes, A. (2011). Cuerpos que narran: la práctica del tatuaje y el proceso de subjetivación. Diversitas: Perspectivas en psicología7(1), 179-191.

Taylor, C. (1996). Identidad y reconocimiento.

 


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