UN ÁRBOL CON CUBREBOCAS PARA NO VIOLAR LA SANA DISTANCIA

    El cubrebocas se ha convertido en un material sanitario esencial para evitar el contagio del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19 en los últimos días de la semana de mes abril. Ante la escasez de estos productos, los ciudadanos se han dado la tarea de realizarlos en todo el mundo, tal es el caso de la abuelita española que cose 50 mascarillas diarias para los hospitales. Ahora, en una comunidad en Estados Unidos encontraron la manera de regalarlos, sin violar la sana distancia.

    No es un árbol de Navidad, pero sí es un árbol con cubrebocas para la comunidad de Lisbon, Iowa. Deb Siggins, de 55 años, cosió cientos de máscaras faciales y las colocó en el arbusto para que sus amigos, familiares, vecinos y miembros de la comunidad local las puedan agarrar cuando las necesiten.

    “Mi objetivo era hacer 100 para un hospital, pero mis amigos y familiares querían algo y simplemente se disparó», dijo la señora Deb Siggins a CNN. «Se volvió loco, recibo tantas solicitudes de todas partes hasta el punto en que no puedo seguir el ritmo».

    Siggins mantiene las pautas de distanciamiento social mientras ayuda con la escasez, por eso cuelga sus cubrebocas, los cuales tienen una variedad de diseños, en el árbol. Según Siggins, las mascarillas suelen desaparecer un día después de haberlas colgado por lo que regularmente reabastece el árbol. La talentosa artesana también ha usado su don de coser para hacer máscaras para compañeros de trabajo, bomberos, paramédicos, empleados de supermercados y pacientes de edad avanzada en el consultorio del médico donde trabaja. «Soy un donante, así que siempre estoy feliz de ayudar», dijo Siggins a CNN. A pesar de que recibe muchas solitudes para que haga más cubrebocas. Siggins no planea detenerse hasta que termine la pandemia.

    UnityPoint Health del Hospital St. Luke’s en Cedar Rapids mandó una solicitud pidiendo que las personas que cosieran cubrebocas para sus trabajadores de la salud que enfrentan escasez en medio de la pandemia de coronavirus, y Siggins decididió ayudar. 

    CON INFORMACIÓN DE: MILENIO

     

    PATRICK LOPEZ

    DE PAISANO A PAISANO

    LA GRANDIOSA GRUPERA 104.9 FM

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      No es un árbol de Navidad, pero sí es un árbol con cubrebocas para la comunidad de Lisbon, Iowa. Deb Siggins, de 55 años, cosió cientos de máscaras faciales y las colocó en el arbusto para que sus amigos, familiares, vecinos y miembros de la comunidad local las puedan agarrar cuando las necesiten.

      “Mi objetivo era hacer 100 para un hospital, pero mis amigos y familiares querían algo y simplemente se disparó», dijo la señora Deb Siggins a CNN. «Se volvió loco, recibo tantas solicitudes de todas partes hasta el punto en que no puedo seguir el ritmo».

      Siggins mantiene las pautas de distanciamiento social mientras ayuda con la escasez, por eso cuelga sus cubrebocas, los cuales tienen una variedad de diseños, en el árbol. Según Siggins, las mascarillas suelen desaparecer un día después de haberlas colgado por lo que regularmente reabastece el árbol. La talentosa artesana también ha usado su don de coser para hacer máscaras para compañeros de trabajo, bomberos, paramédicos, empleados de supermercados y pacientes de edad avanzada en el consultorio del médico donde trabaja. «Soy un donante, así que siempre estoy feliz de ayudar», dijo Siggins a CNN. A pesar de que recibe muchas solitudes para que haga más cubrebocas. Siggins no planea detenerse hasta que termine la pandemia.

      UnityPoint Health del Hospital St. Luke’s en Cedar Rapids mandó una solicitud pidiendo que las personas que cosieran cubrebocas para sus trabajadores de la salud que enfrentan escasez en medio de la pandemia de coronavirus, y Siggins decididió ayudar. 

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        No es un árbol de Navidad, pero sí es un árbol con cubrebocas para la comunidad de Lisbon, Iowa. Deb Siggins, de 55 años, cosió cientos de máscaras faciales y las colocó en el arbusto para que sus amigos, familiares, vecinos y miembros de la comunidad local las puedan agarrar cuando las necesiten.

        “Mi objetivo era hacer 100 para un hospital, pero mis amigos y familiares querían algo y simplemente se disparó», dijo la señora Deb Siggins a CNN. «Se volvió loco, recibo tantas solicitudes de todas partes hasta el punto en que no puedo seguir el ritmo».

        Siggins mantiene las pautas de distanciamiento social mientras ayuda con la escasez, por eso cuelga sus cubrebocas, los cuales tienen una variedad de diseños, en el árbol. Según Siggins, las mascarillas suelen desaparecer un día después de haberlas colgado por lo que regularmente reabastece el árbol. La talentosa artesana también ha usado su don de coser para hacer máscaras para compañeros de trabajo, bomberos, paramédicos, empleados de supermercados y pacientes de edad avanzada en el consultorio del médico donde trabaja. «Soy un donante, así que siempre estoy feliz de ayudar», dijo Siggins a CNN. A pesar de que recibe muchas solitudes para que haga más cubrebocas. Siggins no planea detenerse hasta que termine la pandemia.

        UnityPoint Health del Hospital St. Luke’s en Cedar Rapids mandó una solicitud pidiendo que las personas que cosieran cubrebocas para sus trabajadores de la salud que enfrentan escasez en medio de la pandemia de coronavirus, y Siggins decididió ayudar. 

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          No es un árbol de Navidad, pero sí es un árbol con cubrebocas para la comunidad de Lisbon, Iowa. Deb Siggins, de 55 años, cosió cientos de máscaras faciales y las colocó en el arbusto para que sus amigos, familiares, vecinos y miembros de la comunidad local las puedan agarrar cuando las necesiten.

          “Mi objetivo era hacer 100 para un hospital, pero mis amigos y familiares querían algo y simplemente se disparó», dijo la señora Deb Siggins a CNN. «Se volvió loco, recibo tantas solicitudes de todas partes hasta el punto en que no puedo seguir el ritmo».

          Siggins mantiene las pautas de distanciamiento social mientras ayuda con la escasez, por eso cuelga sus cubrebocas, los cuales tienen una variedad de diseños, en el árbol. Según Siggins, las mascarillas suelen desaparecer un día después de haberlas colgado por lo que regularmente reabastece el árbol. La talentosa artesana también ha usado su don de coser para hacer máscaras para compañeros de trabajo, bomberos, paramédicos, empleados de supermercados y pacientes de edad avanzada en el consultorio del médico donde trabaja. «Soy un donante, así que siempre estoy feliz de ayudar», dijo Siggins a CNN. A pesar de que recibe muchas solitudes para que haga más cubrebocas. Siggins no planea detenerse hasta que termine la pandemia.

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            No es un árbol de Navidad, pero sí es un árbol con cubrebocas para la comunidad de Lisbon, Iowa. Deb Siggins, de 55 años, cosió cientos de máscaras faciales y las colocó en el arbusto para que sus amigos, familiares, vecinos y miembros de la comunidad local las puedan agarrar cuando las necesiten.

            “Mi objetivo era hacer 100 para un hospital, pero mis amigos y familiares querían algo y simplemente se disparó», dijo la señora Deb Siggins a CNN. «Se volvió loco, recibo tantas solicitudes de todas partes hasta el punto en que no puedo seguir el ritmo».

            Siggins mantiene las pautas de distanciamiento social mientras ayuda con la escasez, por eso cuelga sus cubrebocas, los cuales tienen una variedad de diseños, en el árbol. Según Siggins, las mascarillas suelen desaparecer un día después de haberlas colgado por lo que regularmente reabastece el árbol. La talentosa artesana también ha usado su don de coser para hacer máscaras para compañeros de trabajo, bomberos, paramédicos, empleados de supermercados y pacientes de edad avanzada en el consultorio del médico donde trabaja. «Soy un donante, así que siempre estoy feliz de ayudar», dijo Siggins a CNN. A pesar de que recibe muchas solitudes para que haga más cubrebocas. Siggins no planea detenerse hasta que termine la pandemia.

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