SE ACERCA EL INVIERNO, ¿VITAMINA C PARA NO RESFRIARME? MITO O REALIDAD.

    El próximo 21 de diciembre empieza el invierno en el hemisferio norte de nuestro planeta, y eso suele conllevar a que las temperaturas bajen y los resfriados suban. La sabiduría popular dice que la vitamina C es un buen aliado para combatir los resfriados, pero ¿es eso realmente cierto? Y, por lo tanto, ¿vale la pena darnos atracones de naranjas o bien suplementarnos con vitamina C?

    ¿Qué es la vitamina C?

    Es un potente antioxidante soluble en agua que le da al sistema inmunológico un impulso a través del aumento en la actividad de los linfocitos T, la función de los fagocitos, la movilidad de los leucocitos y la posible producción de anticuerpos e interferones.

    Estos últimos (interferones) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales.

    A su vez, los efectos de la vitamina C sobre el sistema inmunológico también pueden ser potencialmente explicados mediante la protección contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.

    La vitamina C no es producida endógenamente en los seres humanos y es por lo tanto un componente dietético esencial.

    Se ha indicado que la vitamina C es segura cuando es utilizada por debajo de la dosis de 2000 miligramos diarios, y puede consumirse a través de fuentes dietéticas, como frutas y verduras frescas, especialmente cítricos, pero existen pruebas contradictorias sobre el beneficio de la suplementación adicional de vitamina C para la prevención y el tratamiento del resfriado común.

    Linus Pauling, considerado «padre» de la Biología Molecular, ayudó a extender la creencia de que la vitamina C es terapéutica. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado evidencias.

    Los estudios sobre la vitamina C

    La realidad, según las investigaciones actuales, es que Pauling se equivocó: la vitamina C no previene los resfriados, no previene el cáncer y no es capaz de curar cualquier dolencia.

     

     

     

    Si bien algunos estudios sí han encontrado cierta evidencia de que la vitamina C podría acortar el resfriado, la realidad es que tomar suplementos de dicha vitamina cuando ya han empezado los síntomas no sirve para nada.

    Asimismo, algunos estudios han encontrado cierta relación entre la toma diaria de vitamina C y las enfermedades cardiovasculares, pero otras investigaciones aseguran que no existe ninguna relación en absoluto.

    Por otro lado, estudios más recientes han relacionado la toma de vitamina C y la mejora de enfermedades como el asma o la tuberculosis, pero se trata de resultados débiles que deben ser corroborados con mayor investigación al respecto.

    En cuanto a la relación entre la toma de vitamina C y el cáncer, algunos estudios sugieren que los suplementos de esta vitamina, no tienen ningún efecto en absoluto. Por otra parte, algunos pequeños estudios afirman que sí podría ayudar a matar células cancerosas, pero tan solo si se usan dosis altas administrada directamente por vía intravenosa, lo cual dejaría de lado la toma de suplementos en forma de frutas.

    PATRICIO  LÓPEZ.

    «EL GALLO RANCHERO».

    LA GRANDIOSA 104.9 FM.

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      ¿Qué es la vitamina C?

      Es un potente antioxidante soluble en agua que le da al sistema inmunológico un impulso a través del aumento en la actividad de los linfocitos T, la función de los fagocitos, la movilidad de los leucocitos y la posible producción de anticuerpos e interferones.

      Estos últimos (interferones) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales.

      A su vez, los efectos de la vitamina C sobre el sistema inmunológico también pueden ser potencialmente explicados mediante la protección contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.

      La vitamina C no es producida endógenamente en los seres humanos y es por lo tanto un componente dietético esencial.

      Se ha indicado que la vitamina C es segura cuando es utilizada por debajo de la dosis de 2000 miligramos diarios, y puede consumirse a través de fuentes dietéticas, como frutas y verduras frescas, especialmente cítricos, pero existen pruebas contradictorias sobre el beneficio de la suplementación adicional de vitamina C para la prevención y el tratamiento del resfriado común.

      Linus Pauling, considerado «padre» de la Biología Molecular, ayudó a extender la creencia de que la vitamina C es terapéutica. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado evidencias.

      Los estudios sobre la vitamina C

      La realidad, según las investigaciones actuales, es que Pauling se equivocó: la vitamina C no previene los resfriados, no previene el cáncer y no es capaz de curar cualquier dolencia.

       

       

       

      Si bien algunos estudios sí han encontrado cierta evidencia de que la vitamina C podría acortar el resfriado, la realidad es que tomar suplementos de dicha vitamina cuando ya han empezado los síntomas no sirve para nada.

      Asimismo, algunos estudios han encontrado cierta relación entre la toma diaria de vitamina C y las enfermedades cardiovasculares, pero otras investigaciones aseguran que no existe ninguna relación en absoluto.

      Por otro lado, estudios más recientes han relacionado la toma de vitamina C y la mejora de enfermedades como el asma o la tuberculosis, pero se trata de resultados débiles que deben ser corroborados con mayor investigación al respecto.

      En cuanto a la relación entre la toma de vitamina C y el cáncer, algunos estudios sugieren que los suplementos de esta vitamina, no tienen ningún efecto en absoluto. Por otra parte, algunos pequeños estudios afirman que sí podría ayudar a matar células cancerosas, pero tan solo si se usan dosis altas administrada directamente por vía intravenosa, lo cual dejaría de lado la toma de suplementos en forma de frutas.

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        El próximo 21 de diciembre empieza el invierno en el hemisferio norte de nuestro planeta, y eso suele conllevar a que las temperaturas bajen y los resfriados suban. La sabiduría popular dice que la vitamina C es un buen aliado para combatir los resfriados, pero ¿es eso realmente cierto? Y, por lo tanto, ¿vale la pena darnos atracones de naranjas o bien suplementarnos con vitamina C?

        ¿Qué es la vitamina C?

        Es un potente antioxidante soluble en agua que le da al sistema inmunológico un impulso a través del aumento en la actividad de los linfocitos T, la función de los fagocitos, la movilidad de los leucocitos y la posible producción de anticuerpos e interferones.

        Estos últimos (interferones) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales.

        A su vez, los efectos de la vitamina C sobre el sistema inmunológico también pueden ser potencialmente explicados mediante la protección contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.

        La vitamina C no es producida endógenamente en los seres humanos y es por lo tanto un componente dietético esencial.

        Se ha indicado que la vitamina C es segura cuando es utilizada por debajo de la dosis de 2000 miligramos diarios, y puede consumirse a través de fuentes dietéticas, como frutas y verduras frescas, especialmente cítricos, pero existen pruebas contradictorias sobre el beneficio de la suplementación adicional de vitamina C para la prevención y el tratamiento del resfriado común.

        Linus Pauling, considerado «padre» de la Biología Molecular, ayudó a extender la creencia de que la vitamina C es terapéutica. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado evidencias.

        Los estudios sobre la vitamina C

        La realidad, según las investigaciones actuales, es que Pauling se equivocó: la vitamina C no previene los resfriados, no previene el cáncer y no es capaz de curar cualquier dolencia.

         

         

         

        Si bien algunos estudios sí han encontrado cierta evidencia de que la vitamina C podría acortar el resfriado, la realidad es que tomar suplementos de dicha vitamina cuando ya han empezado los síntomas no sirve para nada.

        Asimismo, algunos estudios han encontrado cierta relación entre la toma diaria de vitamina C y las enfermedades cardiovasculares, pero otras investigaciones aseguran que no existe ninguna relación en absoluto.

        Por otro lado, estudios más recientes han relacionado la toma de vitamina C y la mejora de enfermedades como el asma o la tuberculosis, pero se trata de resultados débiles que deben ser corroborados con mayor investigación al respecto.

        En cuanto a la relación entre la toma de vitamina C y el cáncer, algunos estudios sugieren que los suplementos de esta vitamina, no tienen ningún efecto en absoluto. Por otra parte, algunos pequeños estudios afirman que sí podría ayudar a matar células cancerosas, pero tan solo si se usan dosis altas administrada directamente por vía intravenosa, lo cual dejaría de lado la toma de suplementos en forma de frutas.

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          ¿Qué es la vitamina C?

          Es un potente antioxidante soluble en agua que le da al sistema inmunológico un impulso a través del aumento en la actividad de los linfocitos T, la función de los fagocitos, la movilidad de los leucocitos y la posible producción de anticuerpos e interferones.

          Estos últimos (interferones) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales.

          A su vez, los efectos de la vitamina C sobre el sistema inmunológico también pueden ser potencialmente explicados mediante la protección contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.

          La vitamina C no es producida endógenamente en los seres humanos y es por lo tanto un componente dietético esencial.

          Se ha indicado que la vitamina C es segura cuando es utilizada por debajo de la dosis de 2000 miligramos diarios, y puede consumirse a través de fuentes dietéticas, como frutas y verduras frescas, especialmente cítricos, pero existen pruebas contradictorias sobre el beneficio de la suplementación adicional de vitamina C para la prevención y el tratamiento del resfriado común.

          Linus Pauling, considerado «padre» de la Biología Molecular, ayudó a extender la creencia de que la vitamina C es terapéutica. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado evidencias.

          Los estudios sobre la vitamina C

          La realidad, según las investigaciones actuales, es que Pauling se equivocó: la vitamina C no previene los resfriados, no previene el cáncer y no es capaz de curar cualquier dolencia.

           

           

           

          Si bien algunos estudios sí han encontrado cierta evidencia de que la vitamina C podría acortar el resfriado, la realidad es que tomar suplementos de dicha vitamina cuando ya han empezado los síntomas no sirve para nada.

          Asimismo, algunos estudios han encontrado cierta relación entre la toma diaria de vitamina C y las enfermedades cardiovasculares, pero otras investigaciones aseguran que no existe ninguna relación en absoluto.

          Por otro lado, estudios más recientes han relacionado la toma de vitamina C y la mejora de enfermedades como el asma o la tuberculosis, pero se trata de resultados débiles que deben ser corroborados con mayor investigación al respecto.

          En cuanto a la relación entre la toma de vitamina C y el cáncer, algunos estudios sugieren que los suplementos de esta vitamina, no tienen ningún efecto en absoluto. Por otra parte, algunos pequeños estudios afirman que sí podría ayudar a matar células cancerosas, pero tan solo si se usan dosis altas administrada directamente por vía intravenosa, lo cual dejaría de lado la toma de suplementos en forma de frutas.

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            ¿Qué es la vitamina C?

            Es un potente antioxidante soluble en agua que le da al sistema inmunológico un impulso a través del aumento en la actividad de los linfocitos T, la función de los fagocitos, la movilidad de los leucocitos y la posible producción de anticuerpos e interferones.

            Estos últimos (interferones) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales.

            A su vez, los efectos de la vitamina C sobre el sistema inmunológico también pueden ser potencialmente explicados mediante la protección contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.

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            Se ha indicado que la vitamina C es segura cuando es utilizada por debajo de la dosis de 2000 miligramos diarios, y puede consumirse a través de fuentes dietéticas, como frutas y verduras frescas, especialmente cítricos, pero existen pruebas contradictorias sobre el beneficio de la suplementación adicional de vitamina C para la prevención y el tratamiento del resfriado común.

            Linus Pauling, considerado «padre» de la Biología Molecular, ayudó a extender la creencia de que la vitamina C es terapéutica. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado evidencias.

            Los estudios sobre la vitamina C

            La realidad, según las investigaciones actuales, es que Pauling se equivocó: la vitamina C no previene los resfriados, no previene el cáncer y no es capaz de curar cualquier dolencia.

             

             

             

            Si bien algunos estudios sí han encontrado cierta evidencia de que la vitamina C podría acortar el resfriado, la realidad es que tomar suplementos de dicha vitamina cuando ya han empezado los síntomas no sirve para nada.

            Asimismo, algunos estudios han encontrado cierta relación entre la toma diaria de vitamina C y las enfermedades cardiovasculares, pero otras investigaciones aseguran que no existe ninguna relación en absoluto.

            Por otro lado, estudios más recientes han relacionado la toma de vitamina C y la mejora de enfermedades como el asma o la tuberculosis, pero se trata de resultados débiles que deben ser corroborados con mayor investigación al respecto.

            En cuanto a la relación entre la toma de vitamina C y el cáncer, algunos estudios sugieren que los suplementos de esta vitamina, no tienen ningún efecto en absoluto. Por otra parte, algunos pequeños estudios afirman que sí podría ayudar a matar células cancerosas, pero tan solo si se usan dosis altas administrada directamente por vía intravenosa, lo cual dejaría de lado la toma de suplementos en forma de frutas.

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